GALÁN DE ANOCHE

Acabas de despertar y en tu cama descansa junto a ti el hombre atractivo y viril, el seductor nato de anoche.

Te invitó a cenar a un restaurante elegante y después distéis un precioso paseo, en el que te hizo reír, te miró a los ojos, te hizo sentir especial.

Finalmente te llevó a su casa, lugar en el que te folló exactamente como quieres que te follen: como a una perra.

Aun ahora, durmiendo en tu cama, sigue pareciendo un caballero, sigue conservando ese aire de galán irresistible.

Estás arrobada observándole, deseas fuertemente que siga dormido para siempre y al tiempo deseas que despierte y te vuelva a hacer todas las cosas que te hizo anoche y quizá algunas nuevas.

El hechizo no se rompe hasta que comienza a respirar muy fuerte, abriendo ligeramente la boca. El galán está visiblemente agitado por un mal sueño.

De su boca entreabierta, con la determinación perezosa con la que nacen los frutos de los árboles, brota este enigmático mensaje: QUIEN VA A MEAR Y NO PEE ES COMO QUIEN VA A LA ESCUELA Y NO LEE.

Y lo repite incontables veces, como un mantra: QUIEN VA A MEAR Y NO PEE ES COMO QUIEN VA A LA ESCUELA Y NO LEE.

Estás preocupada por él, pero sobre todo estás decepcionada, ¿Dónde quedó el galán de anoche? ¿Por qué dice esta vulgar majadería?

Le intentas despertar con todas tus fuerzas, pero no hay manera. Lo único que consigues es que repita la dichosa frasecita, ahora más rápido y mucho más alto: ¡¡QUIEN VA A MEAR Y NO PEE ES COMO QUIEN VA A LA ESCUELA Y NO LEE!!

Estás tan desesperada que llamas al Samur (?!), ojalá no tarden mucho porque este giro inesperado de los acontecimientos te está poniendo histérica, tía.

Una hora después por fin llaman a la puerta. Son dos enfermeros, a los que explicas lo ocurrido. Te miran extrañados, uno de ellos no puede reprimir una media sonrisa.

Les llevas a la habitación y cuando entráis, tu «galán» está, ya no sólo despierto, sino levantado, vestido y peinado.

Los enfermeros te miran como si estuvieras chalada. Y con razón.

Y tú le preguntas al «galán»: «¿Qué te pasaba hace un momento?».

Y él te responde: «Nada cariño, me estaba preparando para ir a trabajar, ¿Qué hacen estos señores aquí?».

Y los enfermeros te dicen: «Señora, esto es muy serio, no estamos para bromas ni para perder el tiempo» .

Y tu «galán», al que ahora de súbito ves gordo y estropeado, dice: «Carmen, ¿Otra vez has tenido la fantasía del galán? ¿La de QUIEN VA A MEAR Y NO PEE ES COMO QUIEN VA A LA ESCUELA Y NO LEE? «.

Y tú aterrorizada, les dices a los del Samur: «¿Lo ven? ¿Ven como tenía razón y este desconocido dice esa frase continuamente?».

Y el puto exgalán le dice a los enfermeros: «Perdonen, pero ¿se la podrían llevar? Es la quinta vez que hace esto en un mes, creo que necesita ayuda».

Y uno de los enfermeros dice: «Bueno, pues sí, pues nos la llevamos, así no hacemos el viaje en balde».

Y ahí estás ahora, encerrada a saber donde y repitiendo en bucle este sueño-mal sueño-peor despertar.

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